El dibujante berlinés Felix Pestemer siempre se había sentido fascinado por la macabra y colorista imaginería mexicana en torno al mundo de los difuntos, una atracción que ha plasmado en el cómic "El polvo de los antepasados", donde, además, rinde homenaje a los pintores muralistas latinoamericanos.
En "El polvo de los antepasados" (La Cúpula), Pestemer, que vivió un par de años en México, donde conoció en vivo estas tradiciones, narra el regreso del vigilante de un museo al pueblo de su infancia, un retorno truncado por un accidente mortal de tráfico que hace añicos el espejo que separa a vivos y difuntos y permite que las historias de unos y otros se entremezclen.
El autor, de 36 años, que realizó estudios de ilustración en Barcelona, es un recién llegado al mundo del cómic y que explica en una entrevista la gestación de esta obra pensada inicialmente como un proyecto visual, pero que al final se convirtió por encargo en una novela gráfica.
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